Las figuras quedaron reducidas a cenizas, las reinas de las fallas derramaron sus últimas lágrimas y las fiestas josefinas llegaron a su fin. Los bomberos de la Safor se han enfrentado a la noche y la madrugada más intensa del año: la Cremà. Controlar que los monumentos se vayan apagando de forma correcta, que caigan donde es debido y que no ocasionen ningún daño a los edificios no es tarea fácil. El objetivo es evitar que la propia falla ocasione un incendio. Asimismo, han de estar preparados para atender posibles urgencias.
Alrededor de 45 profesionales participaron anoche en las labores de apagar las llamas en los alrededor de ochenta monumentos de la comarca. Las infantiles empezaron a quemarse a las nueve y las grandes a partir de las doce de la noche.
El jefe del parque de Gandia y coordinador de Cullera, Oliva y Gandia, Álvaro Tur, explicó ayer, horas antes de la Cremà, cómo se han organizado los bomberos para sofocar el fuego en Gandia, Oliva, Tavernes, L’Alqueria de la Comtessa, Xeraco y Benirredrà.
Hay un total de nueve equipos de bomberos profesionales que cuentan con la ayuda de cuatro grupos de Protección Civil de Gandia y otro de Xeraco. Cada equipo está conformado por un vehículo con un mando y tres bomberos, mientras que los de Protección Civil engloban a cinco personas.
Los trabajadores se distribuyen en función del riesgo y en función de si hay más personal o menos. «En todas las dotaciones ha de haber un mando responsable, y también en la prevención de edificios para que la radiación y las temperaturas no afecte a los materiales», comentó Tur.
Gandia contó con seis equipos, formados por treinta personas y dos mandos operativos superiores que se encargaron de los 46 monumentos (23 mayores y 23 infantiles). Oliva, con un equipo del parque de este municipio y un mando con tres bomberos; y Tavernes, con un sargento, un cabo y cinco bomberos ayudados por Protección Civil. Benirredrà tuvo una dotación, con un cabo y tres bomberos, mientras que l’Alqueria de la Comtessa, un grupo de profesionales de Oliva. El jefe del parque de Gandia explicó que la ruta se ha de configurar de tal manera para que los vehículos no estén dispersos y que tengan una proximidad relativa de falla a falla para que no haya mucha distancia.
Aparte de todo ello, hubo una dotación física permanente en las dependencias de Gandia, formada por un sargento, un cabo y cinco bomberos, para atender cualquier emergencia que pudiera presentarse en la zona, como por ejemplo, un incendio en una nave industrial o un accidente de tráfico.
El parque de bomberos de la Safor no cuenta con medios propios suficientes para afrontar la Nit del Foc, por lo que, como viene siendo habitual, acuden tres camiones de incendios forestales de refuerzo de la Generalitat Valenciana. Asimismo, también se dirigió a la Safor una dotación de un cabo y tres bomberos del parque de Ontinyent, que estuvio en Gandia y Tavernes de la Valldigna.
Los profesionales también cogieron del almacén central mangueras «porque no tenemos para tanto incendio al mismo tiempo» y espalderas para colocar botellas de aire comprimido, «ya que el material de los ninots desprende humo tóxico que podría perjudicar a los bomberos», concluyó Tur. Lo falleros ya sueñan cómo podrían ser los monumentos de 2015.
ZOA SANZ | GANDIA.